15 febrero 2024

NOTA DE TAPA N.º 518 / LA ÉPOCA DORADA DE LOS CORSOS FORMOSEÑOS

#CarnavalTodaLaVida
 

Formosa y sus corsos

 
En Formosa el carnaval tuvo sus años de oro con numerosas comparsas que hicieron historia y hoy están en el recuerdo. Esa historia se la puede recorrer a través de dos libros publicados por la Editorial Gualamba (Parte I y II) de Arnaldo Benítez, conocido como Papi Guajira y fundador en 1969 de la comparsa Guajira, donde hace una narración cronológica de los carnavales formoseños aportando ricas anécdotas y hechos que fueron marcando etapas que forman parte de la historia de la ciudad. Esa rica historia de los carnavales formoseños también puede vivirse recorriendo publicaciones del grupo de Facebook Te Cuento Formosa, donde el administrador Fernando Casals y colaboradores llenan el espacio de anécdotas, relatos y vivencias que nos hacen recordar nuestras raíces.
 
 
El carnaval, siempre asociado a la alegría, el colorido y la participación multitudinaria, es una de las expresiones populares más antiguas de la humanidad. El origen de su celebración parece provenir de las fiestas paganas, como las que se realizaban en honor a Baco, el dios del vino, o las que se realizaban en honor del toro Apis, en Egipto. Algunos historiadores afirman que se celebra desde hace 5 mil años. En Argentina fue introducido por lo españoles y se expandió con la tradición católica como un período de festejos y diversión, al principio vinculada a los días previos a “limpiar la carne”, lo que más tarde derivó en la prohibición religiosa de consumirla durante los 40 días que dura la Cuaresma.

Cada región del país celebra el carnaval de diferentes formas: con eventos masivos con carrozas, con espectáculos de percusión y comparsas que desfilan por un corsódromo, en los barrios con murgas, cabezudos, estandartes y escenarios en calles, clubes y plazas, y también aquellos en los que las comparsas recorren casas y calles, donde se encuentran y mezclan el público y los artistas, en una celebración popular.

En Formosa el carnaval supo tener sus años de oro con numerosas comparsas que hicieron historia y hoy están en el recuerdo. Esa historia se la puede recorrer a través de dos libros publicados por la Editorial Gualamba (Parte I y II) de Arnaldo Benítez, conocido como Papi Guajira y fundador en 1969 de la comparsa Guajira, donde hace una narración cronológica de los carnavales formoseños aportando ricas anécdotas y hechos que fueron marcando etapas que forman parte de la historia de la ciudad.

“Para hablar de los corsos formoseños, en principio, debemos hablar de los comienzos de los festejos de los carnavales en la región, entre los años 1960-1961 en Corrientes y Chaco con el nacimiento de las comparsas Ara Berá (tiempo brilloso o tiempo relampagueante) y Copacabana. Ambas comparsas nacieron de la más alta estirpe de la sociedad correntina”, relata Papi Guajira.
 


Cuenta también que en Chaco nace la comparsa El Camaleón que debutó en la avenida 9 de Julio haciendo esquina con el Hospital Perrando (camino a Barranqueras). “En Barranqueras nació una comparsa, fundada por una familia formoseña, y aquí viene lo paradójico, esa familia sería la misma que años después, a fines de 1968 volvería a Formosa a radicarse frente al Club Sarmiento y allí es donde nació la comparsa Guajira”.

Entre 1967 y 1968 aparecieron en Formosa las primeras comparsas. Entre ellas estuvo Bumba, fundada por la familia Capra que era una agrupación con 25 integrantes. “Vale reconocer —recuerda Benitez— qie participaban muy bellas carrozas, copias fieles de las carrozas de los desfiles de los cumpleaños de la fundación de Formosa, eran tradicionales las carrozas del Club Vialidad Provincia, ENET 1, La Italiana, La Española y otros. En esos años, los corsos comenzaban temprano y antes de la medianoche terminaban porque los bailes de carnaval eran los que tenían auge. Los tradicionales eran en el Club Casa Paraguay, Patria, Social, Ferroviario y otros. A fines de 1968 comienzan a armarse las comparsas que participaron al año siguiente. Recién en 1969 surgió Maracanghala como comparsa mayor, ya que antes lo hacía en la versión infantil. Así participaron Bumba, Samba, Maracangalha, Iberá (barrio Don Bosco), Guajira y la agrupación folklórica de Alejandro Pantoni con su Carnaval del Diablo, y en ese marco hizo su debut la comparsa Guajira con más de 85 integrantes, con muchos elementos nuevos en cuanto a conformación de escuadras, pasistas, embajadores, reina de comparsa, reina de carroza, bastoneras, rumberas, porta estandarte, rumberos, etc. y fue toda una revolución”.
 


Los que peinan canas recuerdan la época dorada de los carnavales de la ciudad de Formosa y coinciden en que los mejores tiempos fueron cuando el circuito era la avenida 25 de Mayo, con palcos adornados: “En los corsos se jugaba con serpentina, papel picado, pomos y ramitos de flores, fundamentalmente. Los canillitas armaban bollos con la serpentina usada y ensayaban puntería contra los bonetes. Los disfraces principales de los grandes eran la capa multicolor, majestuosa con lentejuelas, espejitos y calzones al mejor estilo de paje del rey con medias de colores y sombrero orlado de plumas. También abundaban las máscaras sueltas. Los chicos alteraban la siesta con la murga, vestidos con cualquier mamarracho, unas cacerolas viejas para hacer ruido y un repertorio de canciones nada edificantes para la época. Pero los disfraces familiares para el corso infantil eran, básicamente, dos: Pierrot, los varones, y colombinas, las niñas”.

Benítez evoca también que desde el año 1969 se habilitaba un día para jugar con agua y se hacía sobre la avenida González Lelong. Allí se interrumpía el tránsito a lo largo de 200 metros y se abastecía de agua con tanques. “El circuito contaba con adornos de colores llamativos e iluminados que tenían diferentes formas geométricas y el logo que caracterizaba y realzaba la presentación en ese circuito y que se ubicada en el escenario mayor era una pareja de isleños bailando en una isla con panderetas y de fondo la luna llena. Es más, la comparsa Guajira adoptó esa imagen en su primer estandarte”.

La rica historia de los carnavales formoseños también puede vivirse hoy recorriendo publicaciones del grupo de Facebook Te Cuento Formosa, donde el administrador Fernando Casals y colaboradores llenan el espacio de anécdotas, relatos y vivencias que nos hacen recordar nuestras raíces. “Los días de carnaval –recuerda Casals— eran esperados con enorme expectativa, su preparación y organización eran cosa seria donde las comparsas competían codo a codo esforzándose en presentar los mejores vestuarios, la mejor coreografía y la mejor música en esas tres noches de pura alegría. Empezaba a la siesta con los juegos de agua, continuaba a la nochecita con los corsos y concluía con los grandes bailes que se extendían hasta la madrugada. Eran días y noches de fiesta y de alegría colectiva, entonces, nadie podía excluirse, quedarse afuera. El carnaval era para todos. Las carrozas, las comparsas, las murgas y las mascaritas sueltas animaban la noche. La gente jugaba con serpentinas que surcaban el aire como enormes y coloridas sonrisas, el papel picado teñía el suelo desparramado de una forma anárquica. Después vino la nieve artificial y hasta la harina se usó para el festejo... El palco principal era ocupado por los jurados y la comisión organizadora que dictaminaba y otorgaba premios a la máscara o grupo de máscaras más original, a la mejor comparsa, mejor murga, al carruaje mejor adornado y al palco mejor producido. Finalizado el corso, la diversión del carnaval continuaba en las pistas de baile”.

Durante el reciente feriado de Carnaval las publicaciones en Te Cuento Formosa se multiplicaron brindando una rica información sobre la historia de los corsos en Formosa, entre ellas las siguientes:


MARACANGHALA. El barrio San Miguel siempre se caracterizó por producir hechos culturales que dejaron una huella muy profunda dentro de las manifestaciones artísticas. Una impronta histórica que jalonó lo popular fueron los antiguos carnavales de una ciudad que despertaba de su letargo, cuando se acercaba la fecha del reinado del rey Momo. Allí los jóvenes concurrían al club Sol de América masivamente a los ensayos que se desarrollaban en la tarde-noche de cada día, a reunirse no solo para practicar una nueva coreografía musical, sino con el objetivo de defender los colores de su barrio… Qué alegría provocaba en la hinchada el grito del porta estandarte al ingresar al circuito al grito de ¡Arriba Maracanghala! Se erizaba la piel de cientos de fanáticos de esa comparsa.

BAHAMAS SAMBA SHOW.
A mediados de los 80, en el corazón del barrio San Miguel, se creó Bahamas Samba Show, comparsa a cargo de Jorge Papi Riquelme, su esposa Miguela Pereira, Roberto Escobar, Riki Garay, Oscar Lezcano, las familias Báez y Garay y algunos vecinos que quisieron y amaban los carnavales de aquella época…
 
 
 
MARACAIBO. Comparsa del barrio Obrero de los años 1985/86 y 87. Algunos de sus integrantes fueron Aníbal Gonzáles, Juan Carlos Insfrán y Víctor Julio Ayala.

BALUMBA SUPER STAR era alegría en un barrio único como el San Miguel, creada por José Raúl Riquelme, alias Ricky, que fue letrista, gran dibujante y creador que diariamente ensayaba en el Club Ferroviario.
 

 

IBERÁ. En el primer año, 1969, solamente salieron los muchachos representando la alegoría Los piratas. La base era la Banda de Don Bosco, con un sonido musical excelso que los llevó al triunfo. En 1970 también participaron las chicas. Rosita Franco (reina del Carnaval 1972) relata: “Para mi la época dorada de los corsos formoseños fue en la década de los 70. Ensayábamos en el Oratorio Don Bosco, siendo los miembros de la Scola do Samba, la mayoría músicos de la banda de los Exploradores de Don Bosco. En la casa de la Familia Eloy se juntaban los padres y las madres costureras a confeccionar los trajes mucho antes de los carnavales. Todo era alegría, solidaridad, unión, armonía y mucho amor y tal vez por eso siempre tuvimos los mejores premios. Gracias a toda esa gente linda y maravillosa que a nuestro paso siempre nos alentaron con aplausos gritos de euforia y entusiasmo. Iberá del barrio Don Bosco hizo historia en los carnavales formoseños junto a Maracanghala, Guajira y otras comparsas. Hermosas señoritas como Blanca Cáceres, Vilma Presentado, María Cristina Bordón y tantas otras fueron entusiastas participantes de la agrupación, recordando que a partir de 1973, recién fueron incluidas las pasistas a la comparsa”.
 
   

 
AGRUPACIÓN BUMBA. Los que plasmaron el proyecto de la creación de Bumba y Bumbita fueron Mabel Saporiti y Maia Leguizamón. Veinticinco integrantes de la Academia bajo la dirección artística de Pity Capra, le dieron volumen a la idea allá por los carnavales de 1969. La comparsa duró tres años y en la casa de Ernesto Saporiti, en Maipú y Fontana, se confeccionó una de las carrozas más recordadas de la época: la Torre Eiffel, cuya mano de obra fue realizada en su mayor parte, por don Ernesto. Ese año en la categoría principal el ganador fue Guajira, saliendo segundo Bumba, quien presentó una hermosa temática basada en el tango. La reina de comparsa Gloria Gómez Alvarenga y como reina del carnaval, Elbi Sotelo.
 

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