Se cumplieron 50 años de la poderosa huelga
Por Rocío Chavez y Dany Gómez
Islandia, viernes 24 de octubre de 1975. Un episodio alcanzó la eternidad: el Día Libre de la Mujer, una huelga de chicas exigiendo igualdad general, paridad salarial, mayor participación social y política, trabajo doméstico pago, la implementación de una red de guarderías entre otras necesidades.
Todas juntas; de todas las edades: mujeres sin afiliación, empleadas, activistas feministas, clubes femeninos, amas de casa y el fabuloso movimiento informal y sin líderes conocido como Mujeres con Medias Rojas, se unieron con ideas comunes. Esto estalló en un país que ya mostraba un alto índice de desarrollo humano. La repercusión internacional fue notoria.
“Si no puedo tomarme el día libre, voy a presentar certificado médico”
El 90% de las chicas no trabajó, algunas se ampararon en las licencias y permisos que la ley contempla para faltar al trabajo. Los padres se hicieron cargo de los hijos; en las oficinas y otros lugares de trabajo masculino se veían juguetes, golosinas y, por supuesto, niños.
25.000 chicas se manifestaron en el centro de Reikiavik, la capital del país. Islandia se detuvo a causa de este volcán de vikingas implacables. No hubo trabajo doméstico, ni cuidado de niños. Escuelas, diarios, aeropuertos, bancos cerraron sus puertas. La ausencia de transporte público y de la actividad portuaria-pesquera fue total. Ellas lo hicieron pacíficamente; había llegado el momento de comenzar a remodelar una cultura de desigualdades.
Un año después, el pueblo islandés tenía ley de paridad salarial y el Parlamento Nacional de Islandia, el más antiguo del mundo, el Althing —fundado en el año 930—, debatía proyectos de libertad e igualdad de género para el bien común en una democracia austera con una poderosa presencia estatal. Es una república construida sobre cimientos sólidos de inclusión financiera, justicia social, justa distribución de la riqueza y un estado de bienestar sin grietas ni privilegios individuales.
Un año después, el pueblo islandés tenía ley de paridad salarial y el Parlamento Nacional de Islandia, el más antiguo del mundo, el Althing —fundado en el año 930—, debatía proyectos de libertad e igualdad de género para el bien común en una democracia austera con una poderosa presencia estatal. Es una república construida sobre cimientos sólidos de inclusión financiera, justicia social, justa distribución de la riqueza y un estado de bienestar sin grietas ni privilegios individuales.
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| Vigdís Finnbogadóttir, la primera mujer elegida Presidenta de un país democrático. A la izquierda, en 1980 como Presidenta. A la derecha, Vigdís hoy. |
La onda expansiva femenina hizo que en 1980, Vigdís Finnbogadóttir, una madre adoptiva soltera, con altísima formación académica en varias áreas, sea la primera mujer elegida Presidenta de un país democrático. Su gobierno brilló durante 16 años. Es activista ambiental para la reforestación del país, abanderada de los derechos de las mujeres y de la cultura islandesa. Defensora de la soberanía, en los años 60 y 70 se oponía activamente a la presencia militar de Estados Unidos en la isla y a la permanencia de Islandia en la OTAN. Estas son las ideas de esta querida Jefa de Estado; lideresa de un partido político de derecha.
Lo que pasó en 1975 no fue un simple reclamo escrito en una lista para que los parlamentarios intenten hacer algo. Y no se disipó al día siguiente. Fue el arranque de un acto cultural poderoso, en constante evolución. El consenso no es minoritario. Es un asunto nacional y popular; una cuestión de Estado. Parece una exageración pero no lo es. Las islandesas siguen construyendo.
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| La primera ministra Katrín Jakobsdóttir en la huelga del 24 de octubre de 2023 |
El 24 de octubre de 2023 hubo una manifestación conmemorativa masiva. La primera ministra Katrín Jakobsdóttir dijo que le gustaría que las mujeres —incluídas las de su gabinete— no trabajen y se manifiesten. Todas luchan por conseguir la plena igualdad de género antes de 2030.
Entre 2007 y 2008 comenzó a desaparecer el dinero de los bancos del mundo. Grandes entidades colapsaron o quebraron por involucrarse en inversiones de riesgo en el inframundo de las hipotecas. La crisis fue global: recesión, inflación, devaluación, hambruna… Islandia fue vapuleada por el capitalismo salvaje como ninguna otra nación en toda la historia y los tres bancos más grandes del país quedaron heridos de muerte (Glitnir, Landsbanki y el Kaupthing). El pueblo islandés sufrió el acoso de la pobreza y el cacerolazo fue inmediato… ¿cacerolazo?. Sí. Estalló la Revolución de las Cacerolas. Se enfrentaron a la posibilidad una segunda estafa: el salvataje-rescate estatal de bancos quebrados. Hubo varios referéndums. El Primer Ministro renunció y los bancos fueron nacionalizados —no así sus deudas—. La justicia vikinga procesó a casi 70 banqueros y directivos. Metió en la cárcel a 38 de ellos. En esta crisis la voluntad popular pisoteó las intenciones de los acreedores.
Excepcionalmente, una compañía islandesa operadora de fondos de inversión, Audur Capital, fue la única empresa que se mantuvo en pie y con ganancias. Halla Tómasdóttir y Kristin Pétursdóttir son las dos mujeres fundadoras de esta financiera que cuidó el dinero de sus clientes. Prudencia y habilidad femenina le dijeron “no” a las especulaciones riesgosas y fraudulentas de hombres sedientos de dinero. Halla Tómasdóttir es presidenta de Islandia desde 2024. Fue elegida sin pertenecer a ningún partido político.
“La traición debido a la imprudencia, es traición igualmente”
Entre 2007 y 2008 comenzó a desaparecer el dinero de los bancos del mundo. Grandes entidades colapsaron o quebraron por involucrarse en inversiones de riesgo en el inframundo de las hipotecas. La crisis fue global: recesión, inflación, devaluación, hambruna… Islandia fue vapuleada por el capitalismo salvaje como ninguna otra nación en toda la historia y los tres bancos más grandes del país quedaron heridos de muerte (Glitnir, Landsbanki y el Kaupthing). El pueblo islandés sufrió el acoso de la pobreza y el cacerolazo fue inmediato… ¿cacerolazo?. Sí. Estalló la Revolución de las Cacerolas. Se enfrentaron a la posibilidad una segunda estafa: el salvataje-rescate estatal de bancos quebrados. Hubo varios referéndums. El Primer Ministro renunció y los bancos fueron nacionalizados —no así sus deudas—. La justicia vikinga procesó a casi 70 banqueros y directivos. Metió en la cárcel a 38 de ellos. En esta crisis la voluntad popular pisoteó las intenciones de los acreedores.
Mujeres marcan la diferencia en el mundo financiero
Excepcionalmente, una compañía islandesa operadora de fondos de inversión, Audur Capital, fue la única empresa que se mantuvo en pie y con ganancias. Halla Tómasdóttir y Kristin Pétursdóttir son las dos mujeres fundadoras de esta financiera que cuidó el dinero de sus clientes. Prudencia y habilidad femenina le dijeron “no” a las especulaciones riesgosas y fraudulentas de hombres sedientos de dinero. Halla Tómasdóttir es presidenta de Islandia desde 2024. Fue elegida sin pertenecer a ningún partido político.
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| Halla Tómasdóttir (presidenta de Islandia desde 2024) y Kristin Pétursdóttir, fundadoras de Audur Capital |
A fines de 2008, Audur Capital y la cantante Björk se unieron y crearon un fondo de inversores para proyectos de recuperación de la economía del país; con enfoque en emprendimientos creativos, prácticas decentes de negocios y la incorporación de valores femeninos al mundo de las finanzas.
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| La cantante y poeta Björk se unió a Audur Capital y crearon un fondo de inversión para la recuperación de Islandia. |
Islandia… Islandia; paraíso femenino reconocido universalmente. Es la tierra de la cultura vikinga; de los navegantes sin miedo. Desde allí partió la expedición que en el año 982 llegó a nuestro continente. Erik el Rojo exploró un territorio al que llamó Groenlandia y estableció poblaciones y granjas. Esto pasó 500 años antes de la invasión conocida escolarmente como Descubrimiento de América.
Los problemas no están ausentes en ningún país. Pero el pueblo de Islandia y de otros países de Europa —repúblicas y monarquías— eligieron vivir en democracias parlamentarias de las cuales podríamos aprender. Y mucho. Comparando con el caos arraigado en otros países y los males persistentes desde hace mucho tiempo en democracias presidencialistas, —incluída Argentina—, estas formas de convivencia son más que saludables; aun con las dificultades que enfrentan. Y no son de poca monta las desgracias que debieron superar estos pueblos. Lo peor del siglo XX se abalanzó sobre Europa. Fue atacada sin piedad por personajes inhumanos con ideas mugrientas que, lamentablemente, hoy son enarboladas por minorías tan ruidosas como indeseables, propagando mejunjes ideológicos cocinados con trozos de teorías que sirven de excusa para la desintegración del tejido social.
En esas tierras nacieron varios millones de nuestros bisabuelos, abuelos, tíos, primos; a quienes deberíamos honrar pensando en el trozo de vida que tuvieron que dejar en Piamonte, Calabria, Galicia o Brujas, donde la gente aprendió que nadie se salva solo y reglamentan su vida en comunidad sin perder de vista desgracias como el desarraigo infinito de quienes se vieron obligados a emigrar.
No es difícil, no es imposible
Los problemas no están ausentes en ningún país. Pero el pueblo de Islandia y de otros países de Europa —repúblicas y monarquías— eligieron vivir en democracias parlamentarias de las cuales podríamos aprender. Y mucho. Comparando con el caos arraigado en otros países y los males persistentes desde hace mucho tiempo en democracias presidencialistas, —incluída Argentina—, estas formas de convivencia son más que saludables; aun con las dificultades que enfrentan. Y no son de poca monta las desgracias que debieron superar estos pueblos. Lo peor del siglo XX se abalanzó sobre Europa. Fue atacada sin piedad por personajes inhumanos con ideas mugrientas que, lamentablemente, hoy son enarboladas por minorías tan ruidosas como indeseables, propagando mejunjes ideológicos cocinados con trozos de teorías que sirven de excusa para la desintegración del tejido social.
En esas tierras nacieron varios millones de nuestros bisabuelos, abuelos, tíos, primos; a quienes deberíamos honrar pensando en el trozo de vida que tuvieron que dejar en Piamonte, Calabria, Galicia o Brujas, donde la gente aprendió que nadie se salva solo y reglamentan su vida en comunidad sin perder de vista desgracias como el desarraigo infinito de quienes se vieron obligados a emigrar.
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