Pese a ser filmada en Formosa, no habrá estreno local
El monte, última película del director formoseño Sebastián Caulier, debutó ayer a nivel nacional en varias salas de AMBA y el interior del país. Sin embargo, pese a haber sido rodada en Herradura, no podrá ser estrenada en Formosa, situación que fue lamentada por el director.
“Los formoseños que quieren ir al cine deben viajar hasta Resistencia, a poco más de 100 kilómetros, para poder ir a una sala”, dice Caulier al señalar que “el Cine Teatro Italia, que es un Espacio INCAA, está cerrado desde la pandemia, hace dos años y medio, y cuando empezaron las reaperturas nunca se abrió esa sala porque aparentemente había un desperfecto con el aire acondicionado del lugar”.
“Hay otras dos salas en un hipermercado —agrega— que son más chiquitas y también están cerradas. Esas son privadas. El Italia es una sala tremenda y mis dos películas anteriores las estrené ahí. Estamos tratando de ver de qué manera podemos lograr que haya aunque sea una producción especial. El dispositivo tecnológico funciona. Que se puede pasar una película, se puede pasar”, dijo el director quien explicó que el retraso en las obras del cine se debe a que los responsables de la sala se jubilaron y los cargos quedaron vacantes.
Monte adentro
“Pienso a El monte como una película que se mueve entre tres géneros: el drama, el fantástico y el terror. Me gusta la fusión de géneros, pero no como un juego de referencias cinéfilas sino como proceso de respiración natural de la película. En este desplazamiento continuo de tonos y atmósferas está su identidad. Esta película echa luz sobre los alcances y los límites del entendimiento entre padres e hijos. Una defensa del desacuerdo. No hay reconciliación definitiva, no existe ese momento en el que se dispersa la bruma de nuestros prejuicios y finalmente comprendemos cabalmente al otro, de manera transparente y lúcida, sin ningún tipo de interferencia”, señala el director.
Caulier cuenta que El monte “nació como un drama que no tenía nada de fantástico en un principio, era solo la historia de un padre y un hijo que son muy distintos y que pasan un período juntos en esta casa en medio del monte; la idea inicial del guión es más o menos lo que uno puede ver en los primeros 10 minutos de la película: un hijo que intenta convencer a su padre de volver a su casa y retomar su trabajo y un padre que se resiste porque aparentemente está harto de todo, por eso se internó a vivir de manera ermitaña en medio del monte; por lo general tengo una relación con la escritura muy de exploración, no es que planifico todo el argumento en mi cabeza y después me siento a escribir, en este caso, a medida que iba escribiendo el drama me iba tentando esto de meter lo sobrenatural, que a mí siempre me gustó mucho”.
Sobre la locación, dice que “desde el principio supe que quería filmar en Herradura, una zona muy hermosa de vegetación exuberante y con muchos animales; mi familia tiene una casa quinta ahí, así que me crié un poco en ese lugar, lo conozco plenamente y siempre me cautivó mucho ese entorno y esa atmósfera de misterio que hay en el monte”.
El plan fue filmarla por completo en Herradura, pero llegó la pandemia finalizando la tercera semana de rodaje y se interrumpió el rodaje con seis jornadas pendientes: “Cuando pudimos retomar un año después, no podíamos ingresar a Formosa ni disponer de gran parte del elenco, porque eran actores y actrices de la provincia que si salían, después no tenían cómo volver a entrar por las fuertes restricciones, entonces me vi forzado a modificar el guión, porque el tercio que faltaba filmar estaba disperso a lo largo de todo el argumento y nos faltaban escenas clave, por suerte eran en su mayoría interiores que terminamos filmando en Buenos Aires, aunque hubo que reconstruir la casa y usar dobles o también eliminar personajes y una subtrama”.
“Fue un desafío a la imaginación —agrega— que nunca tuve en mis trabajos anteriores, y paradójicamente la película ganó con todos los cambios que tuve que hacerle a raíz de otras limitaciones de las que no me había dado cuenta antes con respecto al guión”.
Para Caulier, Formosa es su set de filmación porque todas sus historias ocurren en su provincia, donde está su familia y los amigos del colegio: “Entonces toda la ciudad se transforma en un set de filmación y todo el mundo termina involucrado; tiene más que ver con eso, es el lugar donde se me ocurren las ideas y las quiero concretar ahí, a pesar de todas las trabas que supone filmar fuera de Buenos Aires”.
El monte es el tercer largometraje de Caulier, luego de La inocencia de la araña y El corral. Está protagonizada por Gustavo Garzón y Juan Barberini, con las actuaciones de Gabriela Pastor, Tedy Durán, Melanie Castellini, Ema Cuañeri, Mauricio Vila y Cristian Salguero.
Luego de la avant premiere que tuvo lugar en el Centro Cultural General San Martín de Capital Federal, El monte se estrenó ayer en CABA (Complejo Gaumont, Showcase Belgrano y Atlas Caballito; en la Provincia de Buenos Aires (Atlas Pilar, Cinemark Hoyts Unicenter) y Quilmes (Cinépolis Avellaneda, Showcase Norcenter y Haedo), Rosario (Showcase y Cinemark Hoyts), Mendoza (Cinépolis y Cinemark Hoyts) y Córdoba (Showcase).
En abril pasado tuvo un debut exitoso en la competencia argentina de la 2da edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI), al obtener dos menciones especiales: una al Diseño de Sonido y otra al Diseño de Locaciones. La cinta también recorrió otros festivales del país y el exterior.
Sebastián Caulier nació en 1984 en Formosa. Egresado de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC). Es guionista y director de Los extraños (2008, corto de ficción), La inocencia de la araña (2012), Salvaje (2012, mediometraje documental), El corral (2017) y El monte (2022).
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