17 julio 2025

MÚSICA PARA EL ALMA, EN FORMOSA

La música como herramienta terapéutica y de integración


Música para el Alma es un proyecto solidario nacido en Argentina, donde músicos de orquestas sinfónicas y coros llevan su arte a hospitales, escuelas de educación especial, geriátricos e instituciones de bien público en varios países. El objetivo es brindar apoyo a personas en situaciones difíciles a través de la música, estableciendo un contacto humano esencial. La organización está integrada por más de 2.500 músicos profesionales, de los cuales 10 están de gira por la región y llegaron a Formosa el lunes 14 de julio para ofrecer 7 conciertos en hospitales, centros de inclusión, una cárcel y una escuela de la comunidad Qom.
 
 
La primera parada fue en el Hospital de Alta Complejidad, el martes 15 estuvieron en al Hospital de la Madre y el Niño y el Centro Ocupacional Inclusivo; el miércoles 16 brindaron un concierto en la Unidad Penitenciaria N.º 6, en el barrio San Antonio, el jueves 17 fue en el Hospital Interdistrital Evita y ese mismo día los músicos dieron una charla en el Instituto Superior de Arte Oscar Alberto Albertazzi, mientras que hoy —última jornada—, el concierto será en la EPES N.º 1 del barrio Namqom.

La esencia de Música para el Alma radica en el valor social de la música como herramienta terapéutica y de integración. Sus presentaciones no solo son un deleite auditivo, sino también una experiencia que puede aliviar el estrés, mejorar el ánimo y fortalecer los lazos comunitarios, demostrando que el arte puede ser una poderosa medicina para el espíritu.
 
 
Los músicos que forman parte de Música para el Alma pertenecen a orquestas profesionales argentinas y de otros países como Uruguay, Chile, Ecuador, Peru, Bolivia, Paraguay, Colombia, Italia y Francia. El director del grupo, el chelista Jorge Bergero, contó que la génesis del proyecto fue su pareja Eugenia, una talentosa flautista de la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto, quien a los 32 años sufrió un cáncer de mama, falleciendo en el año 2011, a los 34 años: “En ese último año de vida, comenzamos con amigos del Teatro Colón a llevar música donde ella y otros pacientes oncológicos estaban internados, y esto hacía mucho bien a personas que ya no estaban en condiciones de ir a un concierto, y a nosotros como músicos nos resignificó la profesión. Tras fallecer Eugenia, transformamos ese dolor en esta actividad que hoy es una asociación civil denominada Música para el Alma”. 

“La idea —dijo— es llevar una semilla de lo que hacemos a las provincias, a otros países, para que los músicos tomen esta posta de hacer un poco de música, porque no solamente hacemos música clásica, hacemos música popular, se suman grupos de folclore, de tango, de rock y llevamos lo que hacemos a instituciones”.

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